Cuando hablamos de valores de una empresa, ejemplos hay tantos como compañías, pero esta diversidad no resta importancia a este elemento de la organización pues, como señala Fredy Kofman en La empresa consciente, el éxito a largo plazo reside en asumir la importancia prioritaria de los valores corporativos y los elementos inter-subjetivos.
Es la apuesta y fidelidad hacia esos valores lo que distingue a los grandes líderes, que demuestran lo que Kofman denomina respons-(h)abilidades mediante “el poder de influir en su situación y la integridad de hacerlo de acuerdo con sus valores”. “El liderazgo integral no termina en el conocimiento del individuo y el mundo exterior. También implica conocer cabalmente la cultura corporativa, los valores compartidos y la motivación de la compañía”, añade el autor en su obra.
“Un puñado de valores compartidos es más útil que un millar de normas”, sostiene Dov Seidman. Y es que construir un negocio sobre valores es lo que va a permitir mantener un éxito continuado e inquebrantable a pesar de las circunstancias. Sobre valores, ejemplos hay muy numerosos en el sector empresarial. ¿Quieres conocerlos?
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Cinthya D. Scott definió los valores empresariales, en su libro Visión, valores y misión organizacionales, como “un estándar de principio o calidad de principio considerado inherentemente valedero o deseable”.
Haciendo una transposición al sector de los negocios de la definición de valores recogida por David Whetten y Kim Cameron Kim en Desarrollo de habilidades directivas, pueden concebirse como “los cimientos sobre los cuales se forman las actitudes y preferencias personales” de los individuos que forman parte de la organización.
Es, de acuerdo con el libro Firms of Endearment, lo que convierte a una empresa entrañable en una compañía duradera. “Cualquier organización que quiere ofrecer un alto grado de libertad a las personas debe primero disponer de una sólida base de valores y visión de futuro compartidos”, exponen en Everybody Matters Raj Sisodia y Bob Chapman.
Y es que son estos valores organizacionales los que van a marcar la hoja de ruta de todos los grupos de interés, la guía que cohesiona a los miembros de la empresa y les aclara cómo lograr el propósito elevado de la compañía. En este sentido, Horario Andrade, en La definición de los valores organizacionales, los describe como «aquellas concepciones compartidas de lo que es importante y, por lo tanto, deseable, que al ser aceptadas por los miembros de una organización, influyen en su comportamiento y orientan sus decisiones«.
De hecho, su importancia e impacto en el funcionamiento de la empresa ha sido demostrada científicamente por diversas investigaciones. Por ejemplo, en Corporate Culture and Performance, John Kotter y James Heskett hallaron una correlación entre los valores empresariales y el éxito económico de las organizaciones, mientras que Ronald J. Burke, en Culture′s consequences: organizational values, satisfaction and performance concluyó que los valores de una organización tienen un gran efecto en el desempeño del trabajo, la productividad y la calidad del servicio.
Uno de los cuatro pilares sobre los que se sustenta el capitalismo consciente es el de la cultura.
Los componentes que vertebran la cultura de una entidad son sus valores —los elementos que determinan la personalidad y caracterizan la forma de actuar de la organización.
Definir la cultura de la empresa es muy importante. Para constituir un tipo de compañía determinado es fundamental determinar cuál es la dirección que se quiere seguir. La herramienta para conseguirlo es la definición de los valores que comparten todos los miembros de la organización y que, por tanto, caracterizan a la empresa.
Cada una de las personas que integran la organización tiene sus particularidades, sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y eso hace que cada integrante destaque en aspectos distintos. Eso no es un problema, al contrario, enriquece a la compañía. Sin embargo, sí que es de suma importancia que todos los miembros de la organización compartan los valores que definen a la empresa y que conforman su cultura.
La homogeneidad en un ámbito concreto asegura un buen clima de trabajo, un ambiente acorde a los requisitos y a los objetivos planteados por el equipo directivo. En el ámbito del capitalismo consciente, esto significa que las personas que conforman un equipo se lleven bien y tengan afinidades. De hecho, un cultura empresarial agresiva no tiene cabida en la filosofía del capitalismo consciente.
Definir la cultura de una empresa es saber quién eres como compañía. Eso es lo que permite que la empresa evolucione en la dirección prevista a medida que se van incorporando nuevas personas a la organización y que se conserve el espíritu inicial de los fundadores.
El proceso mediante el cual se identifican y se definen los valores y la cultura de una empresa conlleva, por un lado, un trabajo de abstracción, consistente en el diálogo entre los fundadores de la organización y las personas que lideran el proyecto, y, por otro lado, un trabajo de concreción, que se lleva a cabo en el día a día de la empresa.
La abstracción de los valores y de la cultura de la empresa tiene como objetivo definir los pilares y la forma de actuar de la organización. Se trata de buscar respuestas a las preguntas “¿quién soy como empresa?” y, en caso de querer cambiar algo, “¿quién quiero ser?”. Este trabajo de introspección puede realizarse a través de sesiones de debate, precedidas de un periodo de reflexión individual, para encontrar y definir cuáles son los elementos clave que guían y caracterizan a la organización.
En el día a día de la empresa, se descubren valores que están en el ambiente de la organización y que forman parte de su cultura, pero que aún no se han verbalizado. En cuanto estos valores afloran, se recogen y se tienen en cuenta en la incorporación de nuevos miembros al equipo.
Este proceso de definición profundo de los valores y de la cultura de la empresa sirve de marco para la contratación de nuevos miembros. No obstante, la definición de la cultura de la empresa no es un concepto estático, es un trabajo continuo que evoluciona y está sujeto a cambios a lo largo del tiempo. Cada vez que se contrata a alguien, se tiene en cuenta el marco cultural definido en ese momento, pero este marco puede haber cambiado, en mayor o menor medida, en un proceso de contratación posterior.
Así pues, el objetivo principal en todas las entrevistas será el de identificar dos tipos de competencias:
Unos aspectos serán más fáciles de identificar que otros. Por esa razón, en una contratación basada en valores, la contratación no puede terminar con la incorporación de la persona. Es necesario un periodo de prueba para que la persona demuestre que es capaz de llevar a cabo su trabajo y para confirmar que encaja en el equipo.
Definir bien el proceso de selección es fundamental para asegurar el éxito en la contratación de nuevos miembros de la empresa y, por tanto, para asegurar y perpetuar el éxito de la organización. No obstante, si la definición del proceso de selección es importante, también lo es la definición del proceso de despido.
En una empresa con una cultura bien definida, la razón principal por la que se despide a un miembro del equipo suele ser que esta persona ha demostrado no estar alineada con la cultura de la compañía. Esto es algo que se observa en el día a día. Por tanto, cuando se observa que un miembro de la compañía no encaja en la cultura de la empresa, lo primero es intentar guiar a esta persona para que se alinee culturalmente. Si no se consigue, la evidencia de que este miembro no comparte los valores de la empresa es el motivo de despido más sólido que puede aportar la empresa. La persona en cuestión suele entender el motivo de la decisión, puesto que la necesidad de estar alineado culturalmente con la empresa es un concepto que habrá oído incluso antes de incorporarse del equipo. El proceso de selección para formar parte del equipo está basado en los valores de la compañía y la empresa educa continuamente a su equipo para que evolucionar en una misma dirección.
Los valores y la cultura de la empresa vertebran la organización y están presentes en todos los ámbitos de la organización, desde el principio, la incorporación de nuevos miembros del equipo. La identificación y definición de los valores y de la cultura de la empresa no es un trabajo estático, es proceso que evoluciona y está sujeto a cambios. Para saber quiénes somos como empresa y quiénes queremos ser hay que realizar un trabajo de abstracción y un trabajo de concreción que solo puede llevarse a cabo si la comunicación entre todos los miembros de la compañía es fluida y honesta.
Los valores deben estar en el centro de cada negocio. Son lo que representa a la organización, su filosofía y su razón de ser. Los valores de una empresa ayudan a gestionar y guiar a administración y empleados en la dirección correcta.
Estos valores pueden ser:
A menudo, detrás de las empresas que más éxito alcanzan suele encontrarse un conjunto claro de valores, acordado y entendido por la gerencia y los empleados.
Y es que construir un negocio sobre valores permite dar coherencia a toda la actividad de una compañía y definir de qué modo se va a conseguir el propósito elevado de la organización. Como señala Randstad en su artículo La importancia de la implantación de los valores en la gestión empresarial, “los valores son cada vez más relevantes a la hora de definir proyectos empresariales y están cada vez más arraigados a la gestión de las compañías”.
Los valores de una empresa bien definidos son sus mejores activos, pues contribuyen a mejorar el compromiso de los stakeholders, la motivación de la plantilla, la fidelidad del público o la confianza de los inversores. Así, por ejemplo, el 70% de los consumidores sostiene que recomendaría a una compañía, en lugar de otra, por los valores sobre los que se erija su filosofía, según el informe Good Purpuse Study, de Edelman.
Una empresa sin valores recorrerá el camino de forma errante, sin rumbo, desembocando en el fracaso. En cambio, vemos organizaciones que demuestran poseer auténticos valores de una empresa, ejemplos que se han convertido en negocios de éxito.
Ahora bien, es labor de los directivos de cada organización definir cuáles son esos valores. Innovación, compromiso, sostenibilidad, seguridad, transparencia, etc. pueden convertirse en palabras vacías de contenido sino concuerdan con el desarrollo real de la compañía. El secreto a la hora de seleccionar esos valores es la personalización, consiguiendo reflejar en una serie de puntos del código ético cuál es el verdadero espíritu y filosofía de la compañía.
Aunque no existe una lista de valores en ejemplos cerrados, pues cada compañía debe determinar cuáles son los suyos propios, en Firms of Endearment se recopilan algunos de los principios que diferencian a estas empresas exitosas de otras que no lo son:
Ahora bien, siendo más concretos, la revista Stanford Business Magazine publicó una relación de valores de una empresa, ejemplos aportados por diferentes titulados en dicha universidad que han alcanzado el éxito en el mundo de los negocios. ¿Cuáles son?
No hace falta viajar hasta Standford para hablar de ética en los negocios. Los valores corporativos de una empresa son un tema que preocupa a los empresarios de nuestro país. Eso lo saben las instituciones que preparan a los futuros líderes y así lo publican en sus webs. ¿Sientes curiosidad por conocer cuáles son los principales valores de una empresa, ejemplos de OBS Business School y EAE Business School? Aquí los tienes:
El blog especializado en Recursos Humanos, Bizneo, añade algunos valores corporativos de una empresa como la honestidad, la puntualidad, la diligencia, la justicia, la cercanía o la constancia, asegurando que se trata de principios que terminan por influir positivamente en los resultados del negocio.
Para que un negocio tenga éxito necesita contar con un propósito elevado, es decir, una idea, sueño o visión para hacer un mundo mejor. Pero son los valores de una empresa, sólidos y claros, los que han de sustentar ese proyecto, facilitando su transmisión al resto de grupos de interés y permitiendo unir a trabajadores, consumidores, accionistas, proveedores y ciudadanía en la consecución de dicha meta.
Así lo ponen de manifiesto Raj Sisodia y John Mackey en su obra Conscious Capitalism y así lo considera la mayoría del sector empresarial. De hecho, según el Barómetro de Valores y Ética Empresarial publicado por la Fundación Generación Empresarial, el 83% de los profesionales estima que los valores de una empresa son esenciales para lograr los objetivos corporativos.
En cuanto a valores de una empresa, ejemplos hay innumerables; tantos como organizaciones. Estos son algunos de los principios que dirigen la actividad de grandes y pequeñas compañías:
Walmart es una empresa con los valores corporativos bien arraigados. Tiene un propósito impulsado por la idea de ahorrar dinero a las personas para que puedan vivir mejor. Pero, además de éste, también persiguen un segundo propósito: «usar las fortalezas de Walmart para apoyar y mejorar los sistemas sociales y ambientales para aumentar las oportunidades económicas, mejorar la sostenibilidad y fortalecer las comunidades locales”.
Para lograr ese fin, Walmart tiene docenas de programas que apuntan a lograr que:
En España, Inditex sería otro gran ejemplo. Con la Fundación Amancio Ortega, la empresa pone en acción algunos de los valores corporativos que la guían, como el compromiso, la diversidad o el trabajo en equipo. Estos principios se ven reflejados en iniciativas que revelan su propósito superior, como las siguientes, que son solo algunas de ellas:
La visión de los responsables de estas dos empresas les ayuda a tomar las mejores decisiones y a lograr beneficios, tanto para el negocio, como para la comunidad.
La crisis del COVID-19 ha supuesto un punto de inflexión en muchas organizaciones, afectando su escala de valores. En muchos casos, el cambio es evidente. No hay que olvidar que la cultura de una empresa es lo que dice y hace, y se guía por el propósito y los valores. Todo esto se ha puesto a prueba por la pandemia.
Según una reciente publicación de Bain, “entre los valores que exhiben las culturas fuertes se encuentran la colaboración, la agilidad, la integridad, el enfoque en las personas, la innovación, la responsabilidad y la ambición. Las empresas que exhiben una cultura ganadora, que tienen una sólida brújula interna e inspiran a sus empleados, tienen, 3,7 veces más probabilidades de ser líderes en desempeño empresarial”.
La cultura marca la dirección a seguir por una organización, informando las acciones a tomar en tiempos de crisis. En ella se reflejan los valores de una empresa, que hay que tener en cuenta a la hora de tomar decisiones a todos los niveles del negocio.
Para estar seguros de que se está actuando de acuerdo con la cultura, conviene:
Por último, es conveniente trabajar por conseguir que la cultura esté viva entre los stakeholders. Exhibir los valores corporativos permite ver el propósito expresado de formas que importan, dotar a las palabras de significado real.
Mantenerse fiel a la cultura, reconectarse con el fin último y los valores de una empresa hará posible mirar hacia atrás con orgullo, independientemente de lo complicados de superar que sean los desafíos a los que la organización deba enfrentarse en su crecimiento.
Existen tres razones por las que el propósito superior y los valores corporativos son un impulsor de la productividad, las asociaciones empresariales y el éxito en los negocios. Se trata de las siguientes:
Además, está comprobado que el mercado de valores premia los programas sociales y medioambientales. Un informe reciente de Global Sustainable Investment Alliance lo confirma. Pero, lo más importante es que tener un propósito elevado y materializarlo en valores corporativos es lo más apropiado desde una perspectiva moral y ética. Todas las empresas pueden y deben ayudar a hacer del mundo un lugar mejor. Deberían tratar de resolver problemas como el calentamiento global, el agotamiento de los recursos y la creciente brecha entre ricos y pobres. El modelo de negocios de futuro es el que contribuye activamente a la búsqueda de soluciones y hace que las necesidades de los ciudadanos y las comunidades tengan el mismo peso que las demandas de los accionistas.
¿Te han parecido buenos ejemplos de valores de una empresa? ¿Comparte la tuya muchos de los citados en estas enumeraciones?